viernes, 29 de enero de 2010

Mental power!

Ha llegado a mis oídos algo conocido como la noética. En realidad ha llegado a mis ojos, ya que ha sido algo que he leído lo que me ha puesto en bandeja este término.
Obviamente no soy un gran experto, de hecho ni siquiera tengo un conocimiento de la noética a nivel de usuario, pero según he podido entender este nuevo campo de la ciencia trabaja con la mente humana.
Todos hemos escuchado esa brillante teoría que nos deja por los suelos que dice que el ser humano no aprovecha todo su potencial cerebral. Yo voy más allá y aseguro que, una gran mayoría, a duras penas utiliza una parte insignificante del mismo (y otros se podría afirmar que ni siquiera tienen). Pues bien, la neoetica trata de desentrañar todos esos misterios del cerebro y aprovechar al máximo nuestras capacidades, partiendo de la base de que los pensamientos de nuestras lindas cabezas son más poderosos de lo que creemos.
La noética trabaja mediante unas técnicas tan avanzadas y secretas que no me han facilitado detalles para este post por miedo a que cree armas tan poderosas que acaben por darme el control del planeta (cosa a la que me acerco cada día más), pero al parecer todo se basa en que se puede medir la frecuencia de los pensamientos de las personas e incluso se puede llegar a medir la masa de los pensamientos. Si un pensamiento tiene masa, ahí está el secreto (y sino que se lo digan a telepizza). Cualquier objeto con masa está sujeto en este planeta a una serie de leyes de las que no puede escapar ni siquiera en moto. La primera es que si la masa está buena le silbarán por la calle, si la masa no gusta la cosa estará mala para ligar y enviará por Messenger fotos que no le corresponden. La segunda es que todo lo que posea masa será atraído hacia el suelo más cercano, es decir la fuerza de la gravedad hará de las suyas. Muchos pensaréis que entonces vuestros pensamientos van de la cabeza al suelo directamente nada más salir, y sin pasar por la casilla de salida (ni cobrar los 20 billeticos) como si una idea fuera de plomo. Os recomiendo andar con ojo para no pisar ideas ajenas, la gente se puede enfadar.
El caso es que si las ideas y pensamientos tienen masa y fuerza gravitacional pueden por ellas mismas atraer a otros cuerpos gravitacionales, las ideas atraen sucesos y según la noética una persona puede llegar con sus pensamientos a modificar la realidad existente. No solo se pueden mover o modificar las cosas a modo superhéroe, sino que además al parecer basta con desear mucho una cosa para conseguir que esa cosa llegue a hacerse realidad ya que el poder de la mente puede hacer que atraigamos aquello que deseamos. Este poder es como los abdominales, que algunos lo tienen mejores que otros y por muchos abdominales que hagas si no es genético ahí te puedes dejar la vida. Hay personas con mayor poder mental que otras, pero mediante el entrenamiento se puede llegar a dominar.
En contraposición a todo esto ha nacido un superhéroe presentado por los amigos de muchachada nui, se llama Agorer y tira por tierra todo esto con su siguiente eslogan:

"Cuando deseas algo con mucha fuerza, al final, te comes una mierda."

Yo quiero pensar que la neoetica se basa en términos reales y que tiene gran parte de razón. Ahora, también os lo digo, hay cerebros y cerebros…

miércoles, 20 de enero de 2010

Cuanto tiempo sin tiempo...

Uno de los síntomas inequívocos de que os hacéis mayores es la adquisición de una capacidad como es la preocupación por el tiempo en términos meteorológicos.
Esta capacidad no viene con nosotros, de pequeños nos da igual el tiempo que haga por que los días nos molan igual. Si hace sol lucimos nuestra gorra, si hace frío nuestro abrigo, si llueve nuestras botas de agua y si nieva nos revolcamos en pelotas si es necesario. Todo sea por disfrutar de la madre naturaleza.

Sin embargo al crecer aparece en nuestras mentes una preocupación, antes inexistente, por el “qué tiempo hará el día X”.
Esta nueva preocupación o interés no viene provocado por un impulso interno de hermandad con nuestro planeta y las misteriosas fuerzas de la naturaleza que rigen los movimientos terrestres. Este cambio no es provocado por un reloj interno que nos marque que ha llegado el momento de sentirnos más en comunión con las estaciones a través del conocimiento del tiempo que hará mañana. Este repentino interés por el “qué pasará” (meteorológicamente hablando) en el lugar Y el día Z no está motivado por unas sabias y profundas ganas de entender mejor nuestra madre tierra. Todo esto viene por la falta de tiempo libre.
Al crecer experimentamos un incremento de las actividades estupido-obligadas que nos arrebatan nuestro tan preciado tiempo libre, ese tiempo que antes no vigilábamos por que teníamos todo el que queríamos y más. Inclusive nos sobraba el tiempo para no hacer nada.
Estas actividades estupido-obligadas (entre las que podemos destacar el trabajar) nos roban los días de asueto y acabamos por desear tener un día para nosotros. Pero cuando este llega nuestra mayor preocupación pasa a ser: “¿Qué tiempo hará?”, o para expresarlo de otra manera “¿Me joderá el mal tiempo de nuevo mi único día de fiesta?”.

Por ello al crecer nos pasamos los días intentando averiguar que tiempo hará en los siguientes para podernos programar y aprovechar lo poco que nos queda para nosotros. La rutina se convierte en costumbre y al final te descubres a ti mismo mirando el tiempo sin saber por qué lo haces.

Creo que estamos engañados, no crecemos, envejecemos y morimos, lo que ocurre es que crecemos, nos roban el tiempo y ello nos lleva a la muerte.

viernes, 15 de enero de 2010

La lengua, ese gran desconocido

La lengua tiene cosas curiosas. No me refiero a ese trozo de carne húmedo que está dentro de la boca (aunque también tenga cosas curiosas) sino al uso de las palabras para la comunicación.
El otro día me dirigía tranquilamente a algún lugar que ahora no recuerdo y reparé en el cartel luminoso de un parking cercano. El lugar al que me dirigía en ese momento es totalmente irrelevante para la historia, lo importante era ese letrero de la calle que publicaba su mensaje al mundo. Este decía “P-1 Muy lleno”, con unas letras de leds amarillos. Una línea más abajo y en letras rojas decía “P-2 Lleno”. Es ese momento mi cerebro, que por lo visto no tenía nada mejor que hacer, analizó lo visto y leído llevándome a la siguiente reflexión gramatical.

La palabra “lleno” quiere decir que algo está a tope, en este caso el letrero luminoso decía que la planta 2 estaba petada de coches y que no cabía ni un micromachine.
La palabra “muy”, delante de un adverbio de cantidad como es “lleno”, quiere decir que al significado ya comentado antes se le añade una categoría superior. Así, por ejemplo, algo feo puede pasar a ser muy feo, algo aburrido a muy aburrido o algo mojado a muy mojado. Con el muy la palabra adquiere automáticamente un grado superior.
Sin embargo, y lo curioso de este tema, es que en el caso del parking la planta 1 indicando que estaba “Muy llena” quería decir que estaba bastante ocupada pero no del todo.
“Muy lleno” debería ir por encima de la categoría de simplemente “lleno”, si algo está muy lleno debería desbordar, en este caso los coches de la planta 1 deberían estar unos encima de otros por que la planta no estaba “llena” sino “muy llena”. Pero el significado es totalmente por debajo de “lleno”, estaba “lleno” pero no del todo.

Y con esta reflexión curiosa a la par que un tanto absurda e inútil me despido no sin antes pediros…que penséis en ello.

viernes, 8 de enero de 2010

¿Estás en paro? tómate un café

Últimamente he reparado en algo que creo merece ser comentado, aunque sea brevemente. Mis neuronas se relacionan entre ellas mediante impulsos eléctricos y dan lugar a cosas como esta.

Esta primera intervención del nuevo año es con motivo de la actual crisis que afecta a nuestro país, en concreto en cómo repercute esta crisis en el ámbito laboral y en el número de parados que, desgraciadamente, aumenta cada vez más y más.
Me he dado cuenta que a pesar del altísimo nivel de gente sin empleo se ha creado (durante estos últimos años) una nueva profesión en el mundo que podría ser la panacea a este mal. El dependiente de las tiendas Nespresso.
Este puesto de trabajo que antes no existía podría ser un ungüento calmante para la sociedad, ya que todos sabemos que las cafeteras se venden a cascoporro y poniendo un vendedor cada cinco cafeteras lo tendríamos resuelto.
Sin embargo, y aquí el meollo y problema del asunto, la exclusividad de las tiendas (al haber tan pocas en nuestras ciudades) es lo que convierte al vendedor de las tiendas Nespresso en algo inaudito, casi al nivel de los unicornios o los pegasos, ya que si tenemos tiendas en cada esquina solucionamos el paro pero beber café dejaría de ser “chic” y George Clooney no haría anuncios.

Mi conclusión es: El vendedor de Nespresso, un puesto laboral muy desaprovechado en tiempos de crisis en favor de conservar el alto standing de algo tan irrisorio y común como es el beber café.

Ocupemos un par de tiendas chinas (que puede que sobre alguna) y pongamos tiendas Nespresso, seguro que el 80%* de los usuarios estan artos de tener que ir en coche a buscar el café. No olvideis, señores del alto standing con vuestras manos sosteniendo una taza de humeante zumo de cafeína y el dedo meníque en alto, que los pastores en mitad del campo se pueden preparar un café tan (o incluso más) bueno que el que ustedes compran a 10 km de casa.

¡ZP! ¡te estoy hechando un cable!

*Porcentage totalmente inventado al azar por el autor, aunque seguro que por ahí anda...