Esta historia comienza con un personaje particular que tenéis que ir visualizando a medida que lo describo. Por lo visto en Méjico hay algunas personas (generalmente hombres adultos) que se pasean por las noches y madrugadas de sus ciudades llevando al cuello, a modo de san Bernardo, una pequeña batería eléctrica con un regulador de potencia y unos cables pelados. Si, con estos detalles ya os podéis imaginar que la descarga eléctrica esta asegurada dentro de pocas líneas.
Lo más bueno del caso es que esos señores "ofrecen" sus servicios a la gente. Si, como lo leéis, venden descargas eléctricas. ¿Y quien quiere que le peguen una descarga por dinero a las tantas de la madrugada? pues por lo visto esto es así por que se dice, se comenta, se rumorea...que una pequeña descarga eléctrica hace pasar, casi de inmediato, los efectos de una borrachera. En resumen, estos hombres dan descargas a la gente que va pedo para que se les pase la turca. Cobrando des de luego por que no son una ONG.
El regulador de la batería controla la potencia de la descarga, por que no todo el mundo es igual de grande ni lleva la misma cantidad de alcohol en las venas. Pero este regulador ha dado lugar a otro tipo de negocio, ya que según me explicó mi compañera los jóvenes que salen de fiesta (y seguramente pedo también) se pican para ver quien soporta la descarga eléctrica más alta. Así pues se dejan la mitad del salario en alcohol y fiesta y la otra mitad en descargas eléctricas.
Yo no os recomiendo probarlo por que no se si el remedio es efectivo, no quiero a nadie churrascado por culpa mía, pero me imagino que cuando estas borracho y te dan una descarga tú mismo te puedes creer que se te ha pasado el efecto etílico: "nonono....si ya no estoy borracho...ni lo estaba antes del chispazo tampoco eh...".
3 comentarios:
Ho consultaré amb el coixí...
Ben fet, es millor dormir la mona que menjar-se una pila.
Molt interessant el post. En un viatge et pots trobar les coses més inversemblants,n'he vist algunes, però aquesta és molt forta.
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