jueves, 3 de febrero de 2011

Una ley sin(de) masiado sentido común

Que hago… ¿posteo sobre la ley sinde o no? Un tema quizás demasiado recurrente, ahora todo el mundo opina de esto…¿doy mi visión? Venga va que me lanzo.

Internet, el mayor avance de los últimos años en cuanto a comunicación, está en el punto de mira. Eso es claro y obvio.
A mi entender esta red, que ha revolucionado las comunicaciones a nivel MUNDIAL, tiene dos premisas básicas que la hacen tan fuerte y especial: comunicación y compartir a tiempo real con cualquier persona o entidad (del tipo que sea) de todo el mundo.
Esto ha ido bien durante mucho tiempo, ha evolucionado hasta cotas que poca gente se esperaba, la gracia de Internet estaba en este momento en que podías ser capaz de comprar, a buen precio, a un estudiante japonés una película imposible de encontrar en tu país y recibirla en tu casa una semana después. Así de fácil, rápido y sin complicaciones. Internet conecta personas, opiniones, productos…de ahí que sea una red, una red con infinidad de hilos que la unen y otra infinidad de hilos posibles.
Pero ahora se están cortando estos hilos y esto sin duda debilita la red.
En cuanto un medio de comunicación se hace tan fuerte aparece la censura y los cortes. En pleno siglo XXI, y a pesar de que la mayoría de países se dicen democráticos y libres, dar demasiada libertad al pueblo sigue siendo algo que los “jefes” no ven con buenos ojos. ¿Y cual es el motivo? ¿Perder poder? ¿Que salgan a la luz las vergüenzas? Nada de eso. El motivo es claro y aplastante, tanto que se vuelve vergonzoso: el dinero.

La conclusión es clara. La libertad de expresión y de compartir es buena y brillante hasta que esto entra en conflicto con mis intereses económicos, entonces hay que ponerle limitaciones.
Internet fue una mina de oro para todos aquellos que supieron explotarla, pero en cuanto el pueblo ha sido inteligente y ha encontrado las maneras de no dar tanto beneficio a esos explotadores esta mina se ha cerrado al grito de “¡cuidado! ¡Que estamos dejando de ganar millones!”.

Así pues, igual que en el medievo, la fuerza bruta es la solución más fácil para controlar los intereses de unos pocos: “cortemos por lo sano, quítemeles la libertad para volver a ganar millones”.

Pero olvidan lo de siempre, ni somos tontos ni queremos que nadie se aproveche de nosotros, el pueblo encontrará de nuevo la forma de compartir por que nosotros si sabemos trabajar juntos por el bien común.

Hasta que de nuevo vuelvan a cortarlo.

No hay comentarios: