
En el caballo rojo venía la guerra, la guerra que comenzó cuando Corea del Norte comenzó a procesar de nuevo combustible nuclear. La guerra se desató y pronto lo ocupó todo y alcanzó a todos, y no fuimos lo suficientemente sensatos para detenerla. Portaba una gran espada y todos sintieron miedo al verlo volar sobre sus cabezas. Así comenzó nuestra destrucción.
En el caballo negro venía la crisis y la hambruna, una crisis que pensamos que terminaría pero que lo único que hizo fue terminar con nosotros y con la comida. Los ricos pasaron a ser pobres y los pobres dejaron de vivir. Llevaba una balanza y esta se decantaba hacia el lado del castigo y la gente sintió arrepentimiento cuando pasó sobre ellos. Así continuó nuestra destrucción.
En el tercer caballo, de color amarillo, venía la enfermedad y traía cara de cerdo. Una epidemia nueva apareció por causas desconocidas y nos fue enviada para saldar nuestras deudas por nuestros errores y faltas. Nuestra destrucción estaba cerca.
El último caballo era blanco y era el caballo de la muerte. Bajo su capucha negra una calavera de cuencas bacías miraba, uno a uno, a todos aquellos a los que aplicaba el castigo. Con su arco sellaba el destino y de este modo se culminaba nuestra destrucción.
Nota: Los colores de los caballos del Apocalipsis, así como lo que representan y llevan, se encuentra en: Apocalipsis 6:1-8.
2 comentarios:
Spiderpig
XD
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