miércoles, 15 de octubre de 2008

El llano de sal

-¿Sabes abuelo? Me encanta venir contigo a recoger sal al llano.
-A mi también hijo, además alguien tiene que hacerlo, comprarla es demasiado caro.
-Me ha dicho un amigo que antes había mucha más sal y no había que caminar tanto para encontrarla, ¿es verdad?
-Cuando yo era niño tan solo teníamos que caminar un par de horas para encontrarla, ahora el tiempo es casi el doble…y cada vez hay menos.
-¿Tu crees que se acabará?
-No lo se, quizás…
-¿I por que solo se puede recoger aquí?
-Pues verás, según me contó mi padre, aquí hace mucho tiempo, cuando él era pequeño, había algo que se llamaba mar.
-¿Qué es un mar abuelo?
-Un mar era esto donde estamos, pero cubierto por litros y litros de agua salada. Allí vivían muchísimos animales y plantas, algunos tan pequeños que no los verías a simple vista y otros tan grandes como puedas imaginar.
-Suena casi como un sueño, ¿y donde están esos animales?, ¿que pasó con toda el agua?
-Pues las cosas empezaron a torcerse…cambió el clima pero las personas siguieron con las mismas costumbres, cada año que pasaba la cosa empeoraba…
-¿Y si lo sabían por que no hicieron nada?
-No lo se hijo, quizás egoísmo, quizás comodidad…es demasiado complicado como para encontrar un único culpable.
-Me parece increíble que no se pusieran de acuerdo para frenarlo.
-Bueno como esas muchas cosas más...
-Sigo sin entenderlo abuelo…
-Supongo que pensaron que podían sobrevivir a todo y no se dieron cuenta que el mayor mal no venía de fuera, sino de ellos mismos. Pásame la bolsa estamos llegando.

No hay comentarios: