Testigos oculares afirman que un sr. de color (muy parecido a Lewis Hamilton) se ha pasado la mañana llamando al timbre de la casa blanca, se ha mantenido la siguiente conversación con la puerta de por medio:
-¡Sr. Bush! ¡Oiga salga que es mi turno!
-¡Esta ocupado!
-Sr. Bush que me toca a mi, soy Obama.
-¿Osama? No serás ese que busco des de hace tanto…ese de la barba…
-No no, se confunde, me llamo OBAMA.
-No me sale nada por Obama…
-Si hombre, el candidato demócrata, el nuevo presidente de los Estados Unidos.
-¿Cómo? ¿Es que ha habido elecciones ya?
-Si, ponga su televisor (que en breve será mío).
En este lapsus temporal el hombre que se identifica como Obama se ha mantenido a la espera en la puerta de la residencia presidencial.
-¿Oiga Obama?
-Si, sigo aquí.
-No va a poder ser, usted no puede ocupar la casa blanca.
-¿Y eso porque?
-Bueno pues…pues porque…es evidente…usted es negro
-¿Y eso que tiene que ver?
-¿Como va a presidir la casa blanca un hombre negro? ¿Es una contradicción no cree?
-Sr. Bush…será mejor que salga.
-¡No quiero!
-¡No me haga enfadar!
A estas horas siguen intentando convencer a George W. Bush para que deje lo que ha sido durante ocho años su casa ideal, y lo que para el resto del mundo han sido ocho años para olvidar (o mejor no…).

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