jueves, 4 de diciembre de 2008

Genios en la sombra

Que difícil era la vida de Vegeta, he pensado hoy mientras desayunaba.
Vegeta nació siendo príncipe de todo un planeta, con lo que ello conlleva. Tenía aduladores todo el tiempo que le recordaban a cada paso lo grande, fuerte y genial que era ser Vegeta, el príncipe de los súper guerreros.
Nadie había más fuerte que vegeta, y si lo había ya se ocupaban de que esto no fuese conocido, ni siquiera por el príncipe.

Pero un buen día Vegeta salió de su planeta y fue a destruir a un enemigo, alguien de su misma raza que había sido desechado del planeta como un despojo. Ese tal Goku no podía ser, ni mucho menos, un enemigo a la altura del príncipe Vegeta. Pero lo fue.
El descastado venció al príncipe, algo inimaginable para Vegeta, y des de ese momento la única obsesión de vegeta fue devolverle el golpe a Goku.
Ni corto ni perezoso hubo de aguantar des de entonces que Goku, no solo fuera mejor que él, sino que además hiciera las cosas el primero. ¿Quien superó la fuerza del súper guerrero primero? Goku. ¿Quien supero la fuerza del súper guerrero que ha superado la fuerza del súper guerrero? Goku. ¿Quien obtuvo antes la brillante y extra larga melena rubia del tercer nivel de súper guerrero? Goku de nuevo. Incluso cuando la cuarta transformación de súper guerrero fue cubrirse el cuerpo de pelo rosa y pintarse los ojos, Goku lo consiguió primero y pareció entusiasmar a todo el mundo.
Vegeta lo consiguió también, pero ya no fue novedad. Siempre a la zaga.
Además no solo hubo de convivir con eso, sino con el hecho de que otros también le superaran: su propio hijo, los hijos de Goku… ¿Cuantos monstruos malvados dejaron que derrotara Vegeta? Un poco de refuerzo positivo ya sabéis, dejamos que mate un monstruo, le damos unas palmaditas y le decimos lo bien que lo ha hecho. Pero nada.
En su ultima etapa recuerdo a un Vegeta con bigote y camisa rosa, muy lejano del primer Vegeta que llegó a la tierra con ansias de de destrucción y esa mirada de “soy el puto amo”. Muy lejos de ese Vegeta que lo único que quería era bronca, que se dejaba poseer por los enemigos para tener una excusa y zurrar a los suyos, lejos de ese vegeta que cuando todos decían vamos ha hacer el plan A él iba a su rollo y hacía, sin avisar, el plan Y, el plan de “Yo mando”.

Vegeta, muchos sabemos que tu estancia en la tierra no fue fácil. Pero que más da, tú naciste príncipe de los súper guerreros y eso no te lo quita nadie.


En la imagen la típica filosofía de Vegeta, "móntate aquí y pedalea".

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