martes, 22 de julio de 2008

Evolution

La teoría de la evolución de las especies es algo curioso mire usted. El hombre por ejemplo se dice que evolucionó del monete. Esto le llevó bastante tiempo y esfuerzo al mono: que si aprende a caminar erguido, que si pierde la cola, cambia la configuración de algunos huesos, deja de toquetear excrementos ajenos…en fin, todo un trabajo de miles de años.

Podemos controlar nuestra evolución si marcamos las pautas de lo que se necesita, de este modo en unos pocos de miles de años seremos como queramos. El problema está en que el ser humano está gafado, nos solemos pasar de listos y esto va en nuestra contra, con lo que las situaciones previstas podrían acabar en desastres imprevisibles. Que pasaría si…

Evolución deseada: Si comenzamos a saltar de los balcones la evolución hará que en unos miles de años tengamos alas, por que las necesitábamos para no espachurrarnos en mitad de la calle.
Evolución no deseada: Perderemos los huesos para dejar de rompérnoslos y nos volveremos bolas de carne blanda.
Evolución deseada: Si los hombres comenzamos a ir a la cama con dos mujeres a la vez acabaran por salirnos un segundo pene, por que lo necesitamos.
Evolución no deseada: O puede que el 50% de las mujeres nazca también con pene para compensar la situación.
Evolución deseada: Si aguantamos la respiración durante diez minutos habrán bajas, pero con unos miles de años conseguiremos dominarlo.
Evolución no deseada: Seguro que también aprendemos a tirar pedos que persisten más de 10 minutos.
Evolución deseada. Si empezamos a abrir las puertas con el culo nos saldrá una mano en esa zona (puede resultar útil para rascarse disimuladamente).
Evolución no deseada: La costumbre de comer con las manos dejará de ser sana.

Jugar con la evolución puede traer consecuencias inesperadas. El gobierno está jugando a ser dios haciendo viviendas que nos volverán diminutos (algunos más que otros), con sueldos que nos obligaran a alimentarnos tan solo unas pocas veces al año, nos reproduciremos más y más rápidamente para compensar las pérdidas que conllevarán las listas de espera en hospitales, las nuevas jornadas laborales harán que nos salgan ojos de búho y costumbres de marsupial nocturno y las diminutas (e inútiles) monedas de 1 céntimo de euro harán que nuestras manos se vuelvan chiquiticas, aunque no será problema por que ya seremos enanos y nuestro suelo
íntegro nos cabrá en la palma de la mano.



Ejemplo Gráfico de como el hombre paso del mono de cuatro patas, al mono de dos patas.

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